Así como las autoridades se ponen exigentes para que los dueños de los vehículos particulares lleven sus carros a verificar, tendrían que estar supervisando en las calles quiénes no cumplen con la normatividad. La referencia es a los camiones del transporte público de pasajeros cuyas unidades circulan todos los días y prácticamente todo el día y emiten humo negro.
Se trata de bocanadas de dióxido de carbono, óxidos de hidrógeno, hidrocarburos y monóxido de carbono que llegan al ambiente y seres humanos para provocarle irritación de ojos, nariz y garganta; dolores de cabeza, mareos, problemas de respiración, intoxicaciones y falta de oxígeno. Uno de estos vehículos es el número 514 de la línea de transporte Intermetropolitano de Toluca que, cada vez que avanza, avienta por el escape lo que estarían haciendo al menos una decena de vehículos.
Y, claramente, no hay quien retire la unidad de las calles porque no se vigila. Tampoco se nos ha dado a conocer una línea telefónica, horario y dependencia para hacer una denuncia. En materia de contaminación vehicular se está siendo incongruente, permisivo y tolerante cuando lo que se requiere es aplicar la ley para prevenir y controlar la contaminación.
