Durante la temporada otoño-invierno, las inclemencias del tiempo traen afectaciones a las zonas más sensibles de la piel, tales como mejillas, labios, cuello, escote o las manos. Las bajas temperaturas que se han comenzado a resentir en los últimos días, aunado a la escasa humedad, así como la radiación solar, son detonantes para la aparición de afecciones o el que se agraven algunos padecimiento de la piel.
La sensación de sequedad es uno de los principales síntomas de alerta. Esta afección, conocida como urticaria por frío o eritema, provoca comezón, picazón, ardor o enrojecimiento de la piel.
Asimismo, puede aparecer la llamada perniosis, que genera llagas o protuberancias en la piel, y de forma especial en el dorso de los dedos, de manos y pies, así como en orejas y nariz y puede estar acompañado de hinchazón, enrojecimiento, dolor, picor, aumento de la sensibilidad y en ciertos casos, ampollas y úlceras.
Asimismo, es común observar labios agrietados, debido a que esta parte es extremadamente fina y se agrieta por la resequedad. De agravarse este problema, puede desencadenar en queilitis o inflamación de labios, incluso las llamadas boqueras.
En ciertos padecimientos como psoriasis, eczema, dermatitis atópica, acné, rosácea, pueden verse agravados por el frío.
Entre las recomendaciones de los especialistas están hidratar la piel a diario y varias veces al día , evitar lavar excesivamente las manos, así como ducharse con agua muy caliente o fría.
Asimismo, hidratar los labios y protegerlos de luz ultravioleta, aplicarse algún tipo de protección solar, usar guantes y prendas de abrigo, evitar cambios bruscos de temperatura, regular los sistemas de calefacción, cuidar la alimentación y también evitar el tabaco y alcohol.