Durante la temporada de lluvias, que en este valle de Toluca dura seis meses, a los servidores y funcionarios públicos les da por culpar a la basura de las inundaciones y los encharcamientos. Y a las lluvias atípicas.
Así que cada que hay un aguacero fuerte y las calle se inundan, siempre hay quien dice: “fue por la basura” o “se trató de una lluvia atípica” o “se taparon las coladeras” o “llovió más de lo que llueve en un mes” o “fue una lluvia anormal”. Y argumentos por el estilo, que forman parte del manual de pretextos generalmente aceptados.
Pero, ¿de verdad la basura causa tantos problemas?
El Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM dice que sí. Pero que no tanto como nos quieren hacer creer.
Y tampoco son factor las dizque “lluvias atípicas”.
Lo que sí dicen los expertos de este centro de estudios de la UNAM es que se necesitan limpiar los drenajes. Y sembrar más árboles, además de tener más espacios verdes. Que el cemento y el asfalto impiden que el agua se filtre al subsuelo, y tienen una incidencia mayor en los encharcamientos que la presencia de la basura.
En este último factor, los especialistas dicen que hacen falta campañas para que la gente no tire basura en las calles —no recuerdo alguna campaña reciente que diga “ponga la basura en su lugar”—. El arriba firmante agregaría que también que hay que limpiar la ciudad de basura. Antes de que se regularicen las lluvias.
