Cafres del volante… ¿de a gratis?

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Por: Berenice Ayala, Guadalupe Colín, Nancy Neria. Fernanda Victoria*

Las jornadas laborales de los choferes son más de 12 horas de duración (Foto: Archivo).

En el estado de México los choferes del transporte público pagan para trabajar. Diariamente deben reunir una cuota promedio de entre mil cien y mil quinientos pesos más mil cien pesos de diésel sin contar gastos alimenticios. Y pesar de tener una jornada laboral que tiende a ser aproximadamente de diez horas diarias, su ganancia no es mayor a cuatrocientos pesos en lo que se podría considerar un “día muy bueno”.

Por otra parte, la falta de regulación de las autoridades es otro de los factores que ocasiona que el transporte público no funcione de manera adecuada, mientras los representantes de la autoridad reclaman a las empresas por no tomar las medidas necesarias para que sus trabajadores se comporten. Los conductores alegan que los criterios utilizados para multarnos son negligentes y con el afán de perjudicarlos con el propósito de obtener un bien monetario.

Las jornadas laborales de más de 12 horas de duración y los riesgos y exigencias propias de sus actividades los ubican en contextos de vulnerabilidad. La Ley Federal del Trabajo en su artículo 61, establece las jornadas máximas laborales; sin embargo, no existe regulación específica para los trabajadores del volante, esto repercute directamente en la calidad del servicio que ofrecen los operadores.

Hecho aparte es que los choferes prefirieron mantener el anonimato al hablar de las condiciones laborales que padecen, por temor a represalias de sus empleadores.

Un operador de autobús menciona que en la línea primero de mayo pagan 25 pesos diarios para el seguro del camión al dueño del camión. Dijo llevar un año trabajando y no estar afiliado al Seguro Social. Entrar a las cinco de la mañana a pesar de eso la hora de salida puede ser entre las nueve y once de la noche; no tener un sueldo fijo; les piden una cuota de unos mil pesos más el diésel que son otros mil doscientos y lo que sobra es su ganancia. También mencionó que es muy pesado el trabajo porque tienen que empezar muy temprano y terminan tarde.

Otro de los choferes del transporte público, quien fue abordado en la Terminal de Autobuses argumenta que además de la documentación y de no tener antecedentes penales, les piden que tengan licencia vigente y tarjetón y que ambos corren por su cuenta. Su horario es en promedio de 5:00 am a 10:30 pm y comen a la hora que les sea posible. Para que puedan trabajar tienen que preocuparse primero por la cuota diaria que se le da a la empresa, luego por sacar para el diésel y por último de su ganancia, ésta algunos días llega a ser de trescientos pesos y en otros se puede quedar en ceros. Hay muchas cosas que no están reguladas y desde su perspectiva el Reglamento de Tránsito no se respeta y afecta tanto a los choferes como a usuarios. Si empezara a haber un control sobre la cantidad de unidades que circulan, las paradas y los tiempos el servicio podría mejorar de manera significativa para ambas partes: choferes y usuarios.

Un chofer, de cuarenta y cinco años, que lleva diez años trabajando menciona que los requisitos de contratación son como todos los demás: acta de nacimiento, INE, licencia, el grado escolar mínimo es la primaria. Dijo que no tienen horario para comer, empiezan a trabajar desde las cinco de la mañana hasta las diez u once de la noche. Para que al chofer se le quede ganancia deben hacer entre dos mil quinientos y dos mil ochocientos pesos diarios. En caso de un accidente la empresa cubre los gastos del camión. Por ultimo pidió un poco de comprensión por la calidad del servicio que ofrecen porque son demasiados carros y aun así se tiene que reunir la cuota establecida por las empresas. Considera que con menos unidades y más tiempo entre una y otra podría darse un mejor servicio

Por su parte, usuarios del transporte sostienen que los choferes en su mayoría son poco cuidadosos en la manera de conducir, ponen en riesgo la vida de las personas, también comentaron que el precio del pasaje se les hace costoso a comparación de otros lugares, al ser cuestionados sobre qué información poseían de las condiciones laborales de los choferes, solo coincidieron en que tenían un “checador”, pero nada sobre su salario, horarios u otros servicios que pudieran tener.

La señorita Luisa Garduño quien utiliza el transporte público, opinó que el servicio que brindan los choferes requiere de una mejor atención hacia los pasajeros, menciono que algunos incluso utilizan el celular mientras manejan. Y que su conducta llega a ser “grosera” debido a que te contestan mal o no los utilizan las pasadas autorizadas.

Otro usuario quien necesita tomar dos camiones al día para llegar a su destino, que prefirió mantener el anonimato, menciona que el precio es elevado y que ella, considera que los choferes no tienen un buen trato hacia los pasajeros, exige un mejor trato para los adultos mayores que en algunas ocasiones se han visto afectados ya que tienen que bajar y el chofer pone en marcha la unidad, aunque no hayan terminado de descender. Sin embargo, comprende que esto se debe a que los choferes necesitan cumplir con un horario y también se ven afectados por los usuarios que no respetan algunas reglas; descender por la puerta trasera, por ejemplo.

Una mujer, comerciante, de 40 años, señaló que el transporte público en la ciudad de Toluca es de mala calidad y en algunas ocasiones llega a ser peligroso el utilizarlo debido a que los choferes por querer “ganar más” pasaje saturan las unidades al punto de que algunos usuarios tienen que viajar en la puerta del autobús. De la misma forma señalo la urgencia de regular este servicio lo que beneficiaría a ambas partes, propuso que se establecieran horarios fijos para así eliminar las ya conocidas “carreras” entre choferes.

Gustavo A. Garduño Oropeza, académico de la UAEMéx, considera que el transporte público es totalmente inoperante en términos de racionalidad, aunque para él es sin duda alguna un medio fundamental para las personas que tienen la necesidad de desplazarse,  pero debido a criterios políticos, intereses económicos,  e incluso gremiales no opera como debe operar, en muchos casos las unidades están mal distribuidas, en otros tantos las unidades resultan obsoletas, completamente inadecuadas para transportar personas y le parece que falta un tremendo cumulo de capacitación para los que las operan.

Al cuestionarlo sobre el porqué de esta situación su respuesta fue que precisamente porque no se está tomando como criterio la racionalidad  que debe mover a la ciudades, ni una pirámide de movilidad ni un interés del usuario, lo que se está moviendo son los intereses de quienes tienen las concesiones y de quienes las dan, ganar el máximo con el mínimo de inversión.

Se estima que el 76% de la población total en Toluca utiliza el transporte público, de este total el 65% de los usuarios no están satisfechos con la calidad del servicio que se les brinda, además las unidades en vigencia tienen más de diez años de antigüedad según el Centro Mario Molina, causando una mayor incomodidad a las personas que recurren a él como medio de transporte hasta 4 veces al día.

La situación en la que se encuentran los trabajadores del volante del transporte público pareciera que no se considera en la reputación que tienen los choferes ante la sociedad

*Alumnas de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMex.

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