Cantar requiere de un trabajo de muchas partes del cuerpo por lo que esta actividad aporta beneficios psicológicos ya que permite liberarse de emociones.
Cuando cantamos se libera endorfina que es la hormona que favorece el bienestar de las personas y provoca felicidad sin importar si cantas bien o mal, así lo asegura un estudio llevado a cabo en Finlandia.
Entre los múltiples beneficios que deja el cantar están la reducción de ronquidos porque se ejercitan los músculos de la garganta, baja los niveles de estrés y aumenta la oxigenación de la sangre.
Los científicos aseguran que cantar es como practicar yoga porque permite hacer respiraciones más grandes y más lentas merando el ritmo cardiaco.
Además reduce los síntomas de personas que sufren de asma, bloquea las vías nerviosas que viajan a través de dolor, retrasa el envejecimiento del cerebro, promueve la buena memoria, ejercita los músculos faciales y aumenta tu círculo de amistades.