La carrera delictiva de más de 50 años, uno de los ladrones legendarios de la Ciudad de México, culminó con la captura de Efraín Alcaraz Montes de Oca, alias El Carrizos, quien tiene en su historial los robos a casas de ex presidentes de la República, regentes y personalidades del deporte.
Se distinguía por saltar las bardas y azoteas de las residencias más custodiadas en zonas de alto poder adquisitivo.
«Soy muy envidioso, lo he sido toda la vida, todo lo he tenido en la vida».
Entre el gremio de los ladrones se le conocía como El Rey de los Zorreros por su habilidad para vigilar los movimientos ocurridos en las residencias y por burlar la seguridad de estos inmuebles.
En 1972 El Carrizos robó una residencia en la zona de San Jerónimo. Por varios días estudio los movimientos de los vigilantes hasta que en la menor oportunidad logró ingresar y extraer joyas, pieles y finas.
Por la prensa supo que se había metido a la casa del ex presidente, Luis Echeverría Álvarez, y por miedo a la Policía Federal e incluso al Ejército decidió entregarse y devolver el botín porque se trataba «del señor Presidente».
Esta leyenda viene como antecedente del robo de la casa del ex regente, Ernesto P. Uruchurtu.
El ex presidente, José López Portillo; el ex mandatario, Luis Echeverría Álvarez, y el futbolista, Hugo Sánchez.
De acuerdo con el subprocurador de Averiguaciones Previas Descentralizadas, Genaro Vázquez, El Carrizos fue detenido en recientes días durante un robo a una casa habitación en la colonia Pradera de Gustavo A. Madero.
«Yo fui ladrón no ratero», argumenta en su defensa.
Por tratarse de un robo con violencia podría recibir una pena de 10 a 15 años de prisión.
