Continúan las deficiencias de operación en los tramos carreteros del país y las autoridades federales y estatales se mantienen ajenas a supervisiones y sanciones.
La queja histórica hacia las concesionarias ha sido el alto costo que cobran en relación con la extensión de las autopistas seguidas del estado físico en que se encuentran y las instalaciones disponibles como acceso a áreas de aseo y comida.
Sin embargo, ahora es también que las concesionarias están incumpliendo con utilizar medios electrónicos y señales fijas para evitar molestias y retrasos ante eventualidades o los aforos extraordinarios.
Los concesionarios se permiten realizar obras de mantenimiento en periodos de alta demanda como vacaciones, puentes y días festivos, sin previo aviso al usuario, perturbando en ello su seguridad y comodidad y la fluidez vehicular.
Además, por circular en esas condiciones, cobran la cuota normal cuando lo lógico es que reduzcan el costo. Ya es momento de poner un alto a los abusos de poder y codicia de los concesionarios de las autopistas en México.