Apenas amaneció, las notas de Las Mañanitas se escucharon en docenas de templos católicos del estado de México.
Los feligreses, ateridos de frío, pero bien cubiertos, expresaron con sentimiento y emoción su fervor guadalupano. Lágrimas contenidas, gritos ahogados, canciones a todo pulmón, se reprodujeron desde las primeras horas de la mañana. El guadalupanismo en pleno.
Cargados de sus imágenes guadalupanas, los feligreses acudieron a los templos a cantar y escuchar Las Mañanitas y la célebre Mi Virgen Ranchera, entre las docenas de canciones compuestas en honor a la Guadalupana.
La celebración se prolongará a lo largo del día, tanto en los templos como en muchas empresas comerciales e industriales, como una tradición en la que los trabajadores agradecen un año de labores. En muchas empresas se celebran misas y rosarios, así como “liturgias de la palabra”, debido a la demanda de los servicios de los sacerdotes.
El origen del culto a Santa María de Guadalupe nació con las apariciones que la tradición dicta que ocurrieron en los primeros días de diciembre de 1531 y a la presentaciòn de la imagen al obispo Fray Juan de Zumárraga, ocurrida el 12 de diciembre de 1531 por el ahora santo Juan Diego Cuauhtlatoatzin.