Ya está próximo en el ambiente el olor a cempasúchil, por la festividad del Día de Muertos. La creencia ha sido que el aroma de esta flor guía a las almas de los difuntos hacia el Mictlán o inframundo. Y bueno, eso de llevar flores a las tumbas nos representa además una forma profunda de respeto, amor y recuerdo hacia los seres queridos que han fallecido. Igualmente pensamos que las flores en los espacios de descanso los honra.
Lo que no nos gusta es el precio. Este año, el costo de un ramo o maceta de cempasúchil, puede variar entre 100 y 400 pesos, afectando el gasto total que muchas familias destinan para armar su altar que puede ir de 700 a más de tres mil pesos. Pero el aumento anual de precios de las flores se debe a factores como la alta demanda en vísperas de la festividad, las condiciones climáticas que afectan la producción, costos de transporte y la inflación general.
Podemos recurrir a la mano de león, el terciopelo, el clavel, la rosa o en su caso a las flores artificiales o de papel crepé o china hechas en casa. Y bueno, no estamos obligados a llevar flores a los cementerios; es un acto voluntario y simbólico más allá de su perfume que nos rodea.
