Visito con regularidad el centro de la ciudad de Toluca, ya sea por razones laborales, profesionales, gastronómicas, económicas y de muchas otras especies.
Casi siempre encuentro algo nuevo. Ahora encontré que pese a que ha crecido la oferta de estacionamientos, hay mucha gente que prefiere estacionarse en la calle, donde se supone que está prohibido aparcar.
Hay calles donde el estacionamiento en la vía pública está permitido. Hay otros lugares donde está regulado con parquímetros, pero en la mayor parte de las calles del centro de la ciudad de Toluca, está prohibido. Y sin embargo, la prohibición se ignora.
Me ahorro cualquier operación aritmética, pero sé que se recaudarían varios cientos de miles de pesos semanales si el reglamento correspondiente se aplicará sin excepción. O si se colocarán más parquímetros, al fin y al cabo ya se ha normalizado incumplir la prohibición. Seguro que las arcas municipales recibirían cifras con muchos ceros de manera cotidiana.
Pero no. El automovilista se estaciona campechanamente y sin sanción. Así lo hacen docenas todos los días, causando problemas y estorbando, sin que el gobierno municipal y la sociedad le saquen provecho a esa actitud. Sin olvidar que regular el estacionamiento en la vía pública le pondría orden y reglas a la convivencia cotidiana, alterada por este tipo de decisiones.
No quiero imaginar que será cuando venga la etapa comercial más importante del año. Seguro que circular por el centro de la ciudad acumulará más complicaciones.
