El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, dice que el desabasto de agua es un invento.
Que hay agua y habrá agua en el corto, mediano y largo plazo.
Lo que no dice es que 25 por ciento del abasto de agua de la ciudad de México depende del Sistema Cutzamala. Tampoco dice que 520 delos 976 pozos que abastecen de agua a la capital del país están en el estado de México.
Y menos que, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, el Valle de México consume 141 por ciento más agua de la que se dispone.
Tampoco, que desde 1966 el estado de México abastece de agua a la capital del país sin recibir, prácticamente, nada a cambio. Es el equivalente a que tuvieras una fuente de agua en tu casa y dos terceras partes se la regalaras a tu vecino, mientras tu sufres por falta de agua.
Y no, no se trata de cerrarle la llave del agua a la Ciudad de México. Eso ya se intentó hace varios sexenios. Se trata de renegociar los acuerdos y que el estado de México tenga la misma cantidad de agua que la Ciudad de México. De lo contrario, para Batres o para quien gobierne la capital del país, el agua no será motivo de preocupación, mientras en el estado de México hay tandeos y restricciones.