La defensa planetaria toma cada vez más relevancia entre las principales agencias espaciales del mundo. Ahora, China es el nuevo país que se ha sumado a esta cruzada. Su plan: lanzar 23 gigantescos cohetes para desviar a Bennu, un asteroide que podría impactar la Tierra entre 2175 y 2199, esto de acuerdo con el portal de ciencia y tecnología, Agencia ID.
Si bien la probabilidad de que Bennu colisione con nuestro planeta es de solo 0,037% (o una entre 2.700), los científicos vigilan cuidadosamente cualquier cambio en su trayectoria, ya que un eventual impacto de esta roca espacial de 500 metros de diámetro y 85,5 millones de toneladas liberaría una energía 80.000 veces mayor que la bomba de Hiroshima, apunta el portal especializado LiveScience.
Por eso, un equipo del Centro Nacional de Ciencias Espaciales (NSSC) de China ha calculado que un objeto de tales dimensiones podría ser desviado con el impacto de 23 cohetes Long March 5, el mismo modelo usado en el nuevo programa espacial del país asiático y cuyos restos han caído de forma descontrolada en dos ocasiones a la Tierra.
Según su nuevo estudio alojado en la revista Icarus, si la flota de cohetes (cada uno de 57 metros de alto y con un peso de 849 toneladas) impacta de forma simultánea, podrían desviar a Bennu unos 9.000 kilómetros de su órbita.
“Los impactos de asteroides representan una gran amenaza para toda la vida en la Tierra”, escribe Mingtao Li, ingeniero de ciencias espaciales del NSSC en Beijing y autor principal del estudio. “Desviar un asteroide en una trayectoria de impacto es fundamental para mitigar este peligro”.
No es la primera vez que se difunde una propuesta de este tipo.
En 2018, la NASA ideó la Misión de Mitigación de Asteroides de Hipervelocidad para Respuesta de Emergencia (HAMMER, por sus siglas en inglés), que consiste en enviar sondas de unos nueve metros cada una para impactar la superficie de Bennu y desviar su trayectoria. Los científicos de la agencia espacial de EE. UU. precisaron que se necesitaría lanzar la misión diez años antes de la llegada del asteroide.
Por otra parte, la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) tienen planeado lanzar a finales de 2021 la misión DART, en la que probarán el impacto de una pequeña sonda para desviar el asteroide Dimorphos, que gira alrededor de otra roca más grande. Al año siguiente, la misión HERA será enviada para comprobar si el objeto impactado sufrió un desvío de su órbita.