China toma medidas tecnológicas contra ladrones de papel higiénico en baños públicos

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Los dispensadores de papel sanitario tendrán un software de reconocimiento facial que permitirá dar sólo una ración de papel por persona.

Los ladrones de papel higiénico del parque del Templo del Cielo, en Pekín, tienen los días contados. Tras años en los que han gozado de total impunidad a la hora de cometer sus hurtos y marcharse de los aseos públicos con sus bolsos, bolsas o bolsillos repletos de papel de baño, las autoridades locales han decidido tomar cartas en el asunto y poner fin, a base de tecnología, al derroche de este preciado producto.

 

Para ello, no han dudado en instalar modernos dispensadores de papel sanitario equipados con software de reconocimiento facial en los servicios. Ahora, aquellos que necesiten hacer uso de este bien deberán permanecer de pie frente a una cámara de alta definición durante tres segundos -sin gafas ni sombrero- antes de recibir su ración de 60 centímetros de blanco tejido higiénico. En caso de necesitar más, los visitantes deben esperar otros nueve minutos para retirar una nueva porción o, si tienen una emergencia, negociarlo con el personal de los baños.

 

En total, se han instalado seis máquinas que darán servicio durante un periodo de prueba de medio año.

 

A principios de este mes, los medios locales informaron de que los visitantes de este emblemático destino turístico de la capital china cogían cantidades excesivas de papel higiénico, algunos de ellos llenaban sus bolsos para después llevárselo a su casa.

 

Según los trabajadores del parque, este es un problema que empezó poco después de que se comenzara a dispensar de manera gratuita, en 2007, pero que se había agravado durante los últimos tiempos.

 

En marzo, la Oficina Municipal de Parques de Pekín lanzó una campaña en Weibo -el Twitter chino- para concienciar a la gente (sobre todo a los turistas chinos) sobre el uso responsable de este tipo de instalaciones.

 

Mientras que son muchos los que alaban las virtudes de este nuevo sistema para acabar con estos malos hábitos, también hay quien ha expresado su desacuerdo por motivos como la falta de privacidad, el tiempo que requiere -puede llegar a los 30 segundos, una eternidad para el que sufre una emergencia- o la escasez de las tiras de papel dispensadas.

 

No es la primera vez que la capital del gigante asiático hace uso de máquinas de este tipo. Las primeras fueron colocadas el año pasado en varios de los aseos del Parque Olímpico, una zona en la que se cuentan hasta 20 dispositivos y que, según trabajadores del recinto, ha generado por baño un ahorro de 2 mil 100 yuanes mensuales (unos 285 euros).

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