Un grupo de investigadores ha desarrollado un método para reducir, sin provocar alteraciones en el equilibrio sensorial, entre dos y cuatro grados la cantidad de alcohol en el vino.
Ramón González, investigador del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino señala que estos grados de más enmascaran parte de su riqueza aromática y, en caso de un consumo excesivo, tienen consecuencias negativas para la salud.
Los científicos han logrado controlar el metabolismo de las levaduras para que produzcan menos alcohol a partir de la misma cantidad de azúcar.
Los métodos que se habían ensayado se basaban en eliminar selectivamente parte del azúcar antes de la fermentación o del etanol.