Conmemoramos este jueves otro Día de la Raza que muchos creen que es feriado y de descanso obligatorio, pero no. Esta celebración nace a raíz de la llegada de Cristóbal Colón a América el 12 de octubre de 1492, cuando desembarcó en la isla Guanahaní, en las Bahamas. Tres barcos llegaron a América en aquella fecha cuyos nombres eran la Niña, la Pinta y la Santa María.
La celebración del Día de la Raza inició en el país por iniciativa de José Vasconcelos para promover un sincretismo cultural, o lo que se le asemeja, mestizaje. Así, desde 1929 es una festividad nacional. Sin embargo, a propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Senado de la República aprobó en 2020 el dictamen por el que se declara el 12 de octubre de cada año, como el «Día de la Nación Pluricultural”, a fin de motivar el conocimiento, reconocimiento, valoración y promoción de la riqueza multicultural, pluriétnica y multilingüe que caracteriza a México.
En fin, en esta fecha se sigue celebrando y criticando el hecho de haber sido descubiertos por los españoles, ser conquistazos, cristianizados y colonizados. Pero, independientemente de las posturas, lo sustantivo es el respeto por la diversidad cultural porque crea una coexistencia armoniosa. Y es un imperativo ético.