El retorno a clases de manera presencial ha sido una noticia esperada por miles de padres de familia y alumnos, pero además ha dado paso a la publicidad engañosa que puede resultar en la comisión de faltas graves por parte de instituciones educativas.
En redes sociales se pueden ver colegios que ofrecen el servicio presencial argumentando que se han “certificado como escuelas libres de Covid” y por lo tanto el riesgo de contagio es nulo para los alumnos.
Lo cierto es que dicha certificación no existe, aún cuando se han marcado los protocolos de higiene y sana distancia para instituciones educativas que incluyen el uso de espacios ventilado, lavado de manos constante y uso de gel antibacterial, ni la Secretaria de Salud a partir de Cofepris, la Organización Mundial de la Salud o Protección Civil tienen una certificación de tal tipo.
Aún cundo pudiera considerarse esta como “estrategias de mercadotecnia inofensivas” lo cierto es que la ley Federal del consumidor establece que la publicidad engañosa es aquella que ofrece información de un producto o servicio con datos que pudieran no ser verdaderos, pueden inducir al error o a la confusión o bien establecer la información de manera exagerada, inexacta falsa o parcial.
La Profeco establece que la sanciones por este tipo de conductas pueden ir desde los 411 pesos hasta más de 1 millón 300 mil pesos e incluso el cierre de los establecimientos dependiendo de la gravedad de la falta y el impacto que esto pueda tener en el consumidor.
