Desesperados es como se encuentran vendedores de dulces, imágenes religiosas, bebidas, comida y adornos florales del municipio de Ocuilan.
Refieren que desde marzo la zona de los santuarios ha sido cerrada al público, por lo que sus ventas cayeron 100 por ciento y actualmente el 50 por ciento de los comerciantes se dedican a otra actividad ante la falta de turismo.
Lamentan el retroceso en el semáforo epidemiológico, toda vez que eso significa que la apertura a los templos tardará más tiempo y por consecuencia su actividad comercial; de ahí que muchos se están rentando como jornaleros, albañiles o bien como trabajadoras domésticas.
Reconocen que hay personas que acuden al Santuario de Chalma sin las medidas de protección y se rehúsan a usar cubrebocas o recibir gel antibacterial; por lo que como comerciantes los invitan a seguir la normatividad, a fin de reactivar sus actividades.
Por lo pronto esperan que los casos y defunciones bajen en el estado de México, sobre todo, en los municipios con mayor contagio.