Los municipios de Ocuilan y Tenancingo, en el Estado de México, han sido los más afectados por el sismo, según grupo de jóvenes organizados en la capital mexiquense que se han sumado a las labores altruistas desde el día de ayer para poder llevar el donativo de las personas afectadas tras el sismo del pasado jueves 19 de septiembre.
Algunos de estos jóvenes entrevistados también refirieron que comunidades como las de San Francisco Tepoxoxuca; Tenango del Valle, Tecomatlan esto ya en el Estado de Puebla y San Simonito Atlacomulco en el municipio de Tenancingo carecen de ayuda por parte de elementos de Protección Civil y la Sedena, así como artículos de primera necesidad como alimentos, víveres y ropa.
Maximiliano Vidal, uno de los organizadores del centro de acopio que se encuentra en a las afueras del Parque Ambiental Bicentenario comentó que la comunidad de Ocuilan se encuentra hasta en un 50 por ciento de los hogares devastados e incluso la mayoría de lo que quedaron dañados deberán ser derribados para evitar futuros accidentes.
«Es un pueblito que casi desapareció la mitad de las casas, y si no desaparecieron desafortunadamente tendrán que demolerlas por que ya no son habitables».
De igual forma indicaron que urge el apoyo en cuanto a comida enlatada o comida ya preparada ante la falta de sitios en donde cocinar, ropa abrigadora y cobijas debido a las condiciones climáticas que se presentaron ayer, refieren, mucha gente duerme a las afueras de sus hogares caídos.
En este punto, muchos coincidieron que artículos de farmacia no son tan necesarios pero si el apoyo psicológico para las personas.
Otro punto de vital importancia al que hicieron referencia algunas de las personas que han visitado las zonas afectadas es el traslado de donativos a los damnificados, José de la Cruz, explicó que si bien es necesaria la ayuda humanitaria hacia estos y otros municipios afectados es necesario un protocolo de traslado.
Relato la dificultad de trasladarce hacia Ocuilan debido a dos factores; uno, por los estragos que dejo el sismo de 7.1 grados de magnitud y, dos, el tráfico generado por las personas que acuden directamente a los lugares ante la inseguridad de que los donativos no lleguen a su destino.
«Si es complicado llegar y más por que las personas, por si solas quieren acudir a entregar las cosas, el problema es que se hace tráfico no hay organización centros las comunidades y la gente se mete a entregar directo», dijo.
