Desde su apertura, la exposición “Guadalupanas. Flor y Canto”, en el Museo Hacienda La Pila, contó con diversas actividades alternas, académicas y antropológicas que permitieron conocer a detalle y desde distintas visiones la presencia de la Virgen de Guadalupe en la sociedad mexicana y su proyección en el mundo.
Esta muestra culmina el próximo 12 de febrero y, para cerrar las actividades, recibió al fotógrafo Arturo Rosales Chávez, quien presentó la charla “Fotografía social y documental”, a través de la cual reconoció el trabajo de fotógrafas y fotógrafos, mudos testigos de la historia.
Este fotógrafo mexicano comentó que inició su carrera en 1998 en el periódico estatal “Liberación, generación del cambio”, abriéndose paso al mundo de los medios de comunicación, también ha sido editor y coordinador de fotografía en el periódico “Artesano: del Barro a la Letra”; en la revista «Haluro» y el diario «Milenio Estado de México».
Además de ser freelance en medios de circulación nacional como ‘Milenio Diario» y «La Jornada» y en las agencias «AFP», «LatinPhoto», «Cuartoscuro» y «Eyepress», también ocupó la jefatura de fotografía del Poder Legislativo del Estado de México y actualmente es fotógrafo de la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado de México.
“Hablar de la fotografía hoy en día, es uno de los temas más corrientes, se ha vuelto una de las palabras más recurrentes en el vocabulario moderno, el uso de las nuevas tecnologías, en específico de los teléfonos móviles, nos ha acercado a la fotografía y hoy en día todos hablamos de ella”, dijo Rosales Chávez al hablar del inicio de la fotografía, en 1826.
Todas las acciones cotidianas pueden convertirse en una fotografía, desde el recibo de pago hasta un cumpleaños, es por eso que se piensa que todos saben de la fotografía aunque no siempre se haga de manera consciente, por eso es necesario diferenciar entre una fotografía de un evento social a una de un hecho social, ya que aunque pareciera lo mismo el fin es lo que la diferencia.
“La diferencia entre el fotógrafo aficionado y el fotógrafo profesional radica en la casualidad y la observación, sin demeritar las imágenes de los fotógrafos aficionados muchas veces se debe a que las circunstancias donde el azar hace coincidir el interés de la fotografía”, añadió el fotógrafo.
Compartió con el público el cambio del proceso análogo al digital, los procesos y los riesgos que existen al tener todo resguardado en un disco duro, además de la constante cuestión sobre si la fotografía puede ser considerada un arte o no.
Finalmente, invitó a las nuevas generaciones a que hagan lo que realmente les apasiona, que lo hagan más allá de un trabajo y se guíen por el conocimiento, se documenten para que lo compartan con los demás y quede en la posteridad.
“Lo que podemos observar hoy como una foto de portada mañana ya no estará”, aseveró.