En las encuestas y sondeos de opinión el presidente electo de México se asoma por la confianza hacia él y su gobierno de que los ingresos de los mexicanos mejorarán. La más reciente es de la empresa GEA-ISA.
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Desde luego que no se trata de denostar la percepción de la gente o el trabajo que realizan las medidoras de la opinión pública pero, ¿cuál es el fundamento para pensar y creer que nos irá bien económicamente?, ¿la confianza y dependencia hacia un individuo y su equipo de trabajo?
La economía de un país es inherente sí a un buen gobierno en función del gasto público que realiza pero marcadamente a la balanza comercial en importaciones-exportaciones, la inversión y el consumo. Es decir, tiene que haber una relación estrecha de trabajo y colaboración con el sector industrial, comercial y de servicios mexicano y de estos con el exterior.
En este sentido, la apreciación hacia el próximo gobierno debe estar acompañada de responsabilidad. No podemos sentarnos a esperar lo qué se hará o puede hacer por nosotros. El que nos vaya bien depende de todos y cada uno; del trabajo duro y la pasión que pongamos para que esto ocurra.
