Redacción por: Gerardo Avilán Frausto, Mauricio Moreno Castañeda, Pamela Porras Ortiz y Kaliope Torres Stamatiu (Estudiantes del Tec de Monterrey Toluca)
Mientras el común de las personas supone que el entorno ambiental ha mejorado debido al confinamiento que trajo la pandemia por COVID-19, la realidad es que ha aumentado la demanda de recursos naturales al grado de que se desconoce el impacto a futuro. En tanto, los cuerpos hídricos están más contaminados, el consumo de energía y la generación de basura han aumentado.
Durante un sondeo realizado a 80 estudiantes del Tecnológico de Monterrey, vía redes sociales, mediante el cual se les preguntó si conocían cuál ha sido el impacto del confinamiento hacia el medio ambiente, se obtuvo que la mayoría piensa que la ausencia humana de las actividades que venía realizando hasta antes del confinamiento han resultado beneficiosas para la condición ambiental. Uno de ellos, estudiante de la Ingeniería en Biotecnología, afirmó notar un cambio positivo en la calidad del aire: “Hemos estado contaminando menos porque estamos encerrados en casa por el confinamiento, hay menos tráfico y en general usamos menos el automóvil, ya que los que respetan la sana distancia lo usan máximo una vez a la semana para ir al supermercado, por esta razón tenemos menos emisiones de CO2 y la capa de ozono se está regenerando, lo que ha mejorado la calidad del aire. En general se ha producido menos contaminación”.
Asimismo, dijeron en el sondeo que muchos ecosistemas se están purificando gracias a la inactividad de las industrias que desechan tóxicos, lo cual ha brindado una mejoría para la vida animal.
Los cambios positivos en el medio ambiente por el confinamiento por COVID-19 son evidentes, distintas investigaciones alrededor del mundo, como las de la NASA, universidades de España y centros de ecología internacionales, han reflejado que la calidad del aire ha mejorado gracias a la disminución de agentes contaminantes que suelen ser emitidos por las grandes industrias y el uso excesivo de vehículos de combustión.
De su parte, la directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Inger Andersen, afirmó que “Las emisiones de gases de efecto invernadero han disminuido y la calidad del aire ha mejorado a raíz de las medidas de contención de los Gobiernos frente a la pandemia de COVID-19”.
De igual manera, el Ministerio de Ecología y Medio Ambiente de China, demostró la mejora de la calidad del aire, en la cual los días sin contaminación atmosférica aumentaron en un 21,5%. Por otro lado, la NASA publicó imágenes que mostraban la gran reducción de dióxido de nitrógeno en las provincias de China. En otras partes del mundo como España, la contaminación del aire se ha reducido en un 64% en promedio, según un estudio realizado por la Universidad Politécnica de Valencia.
No sólo el aire se ha visto favorecido, ya que gracias a la ausencia humana en las costas y zonas conurbadas, los animales han regresado a su hábitat natural. En México las ballenas vuelven a nadar cerca de las costas, en Venecia los delfines vuelven a los canales, y las calles se han convertido en una extensión de la naturaleza, donde los animales se sienten libres de caminar una vez más. La pandemia nos ha demostrado que sin nosotros, la naturaleza seguiría su curso y es de vital importancia encontrar un equilibrio con ella.
Sin embargo, no todos los cambios han sido positivos. El director del Centro del Agua para América Latina y el Caribe, Alberto Mendoza Domínguez, afirmó que si bien la cantidad de contaminantes en el aire ha disminuido, el agua está más contaminada. Esto se debe al uso excesivo de productos de limpieza con un alto contenido de químicos. Asimismo, el consumo de productos empaquetados ha aumentado, produciendo una gran cantidad de basura que no está siendo recolectada. Por otro lado, está el caso del uso de electricidad, ya que a partir del confinamiento “tenemos mayor consumo de energía eléctrica en las casas habitaciones, lo cual está estresando la red eléctrica”.
Por lo tanto, para el experto, es sumamente complicado decir que es más predominante en cuanto al beneficio o deterioro del medio ambiente se refiere, si el balance es positivo o negativo es un enigma que aún está por responderse, ya que se ha demostrado con varios indicadores que sí ha existido un gran impacto a favor como un impacto en perjuicio, éstos dos sin un punto de comparación que hoy en día pueda esclarecer una respuesta sólida. La situación medio ambiental es tan incierta que se desconoce el impacto que se pueda tener a largo plazo.
A partir de lo anterior se han planteado diversas soluciones, como la idea de hacer confinamientos cortos para reducir la contaminación, con lo que la mayor parte de la sociedad ha estado de acuerdo según la encuesta de investigación realizada por los alumnos del Tec de Monterrey, ya que en el 88% de las respuestas se considera que esto es una opción viable, mientras que una minoría del 12% rechaza esta idea, ya que señalan que esto afectaría la estructura económica nacional dañando directamente a la clase baja.
La realidad es que el cuidado del medio ambiente no necesariamente implica un costo, el tomar acciones simples como no utilizar plásticos de un solo uso y separar la basura, podrían generar un cambio positivo si se hace constantemente. Estas acciones incluso pueden generar un gran ahorro económico a largo plazo. Es en relación con esto, que el doctor Alberto Mendoza afirma que es mucho más efectivo aplicar los mencionados hábitos ecológicos día con día, en comparación con los esporádicos confinamientos cortos, ya que éstos últimos únicamente son útiles para crear una conciencia colectiva más que para generar un beneficio en el medio ambiente.
A pesar de que la relación entre las ventajas y perjuicios todavía no es cuantificable, se estima importante tomar en cuenta el cuidado del medio ambiente, con el fin de que al terminar el confinamiento por la pandemia no exista un rebote negativo sobre las cifras de producción de agentes contaminantes. Al respecto, el especialista mencionó que “lo relevante es ¿qué hemos aprendido para que no exista ese rebote? Lo que estamos viviendo hoy en día demuestra que sí vamos a poder resolver el problema del medio ambiente, ahora la gran pregunta es si estamos dispuestos a hacerlo”.