Una de las afirmaciones más comentadas por el presidente de la república en su Primer Informe de Gobierno, es la de haber terminado con la corrupción “desde arriba”.
Por supuesto, se refiere a la corrupción del presidente como cabeza de gobierno característica de los sexenios de este milenio y los que le preceden predominantemente de afiliación priista
Sin embargo, en la administración del actual mandatario ha habido recortes presupuestales sin previo aviso; impunidad hacia gobiernos anteriores y omisión de cara a colaboradores suyos señalados de los cuales el más reciente Manuel Barlett.
Es hasta cierto punto es real que no hay corrupción desde arriba si asumimos que el mandatario mexicano no se ha ensuciado las manos; el inconveniente es que tampoco se está dispuesto a meter las manos por otros o a que se metan las manos en la acción de la justicia. Es pues como el que se queda quietecito.
