Unos investigadores han creado una batería alimentada por bacterias sobre una sola lámina de papel, la cual puede energizar electrónica desechable. La técnica de fabricación reduce el tiempo y el costo de fabricación, y el diseño podría revolucionar el uso de biobaterías como fuente de energía en zonas remotas, peligrosas y con limitados recursos.
La electrónica basada en el papel ha surgido recientemente como una forma sencilla y barata de energizar sensores de diagnóstico desechables.
En una mitad de un pedazo de papel cromatográfico, el equipo de Seokheun «Sean» Choi y Yang Gao, de la Universidad de Binghamton en Nueva York, Estados Unidos, colocó una cinta de nitrato de plata bajo una delgada capa de cera para crear un cátodo. A continuación, los investigadores crearon un reservorio a partir de un polímero conductor en la otra mitad del papel, que actuó como ánodo. Una vez plegado de forma apropiada y añadidas unas pocas gotas de líquido llenas de bacterias, la respiración celular de los microbios comenzó a energizar a la batería.
En las pruebas iniciales, los científicos consiguieron generar 31,51 microvatios a 125,53 microamperios con seis baterías en tres series paralelas, y 44,85 microvatios a 105,89 microamperios en una configuración 6×6.
Una vez se descubra cuáles son los mejores métodos de plegado y de superposición para esta nueva tecnología, se podrá mejorar notablemente su producción eléctrica.
*NCyT