
Un equipo de científicos de la Universidad de Cornell en Estados Unidos participaron en el Cube Quest Challenge, un concurso organizado por la NASA para diseñar, construir y lanzar con éxito un satélite de tamaño pequeño capaz de llegar a la Luna y trabajar en su órbita.
Los ganadores del concurso obtendrán cinco millones de dólares y su proyecto será lanzado a la Luna.
El CubeSat ganador usa agua como combustible en un proceso que usa la energía solar para electrolizar el agua de sus tanques y descomponerla en hidrógeno y oxígeno, gases que propulsan el vehículo mediante un proceso de combustión periódico que se va repitiendo sin agotar el agua.
El satélite que será lanzado por la NASA a principios de 2018 tiene dos módulos en forma de ele que se separan gradualmente mientras viajan a la Luna, para mantenerse a unos kilómetros de distancia el uno del otro al entrar en la órbita del satélite. Los depósitos de agua van en la parte inferior de la ele, y las naves completan su equipo con cámaras que localizarán la Tierra, el Sol y la Luna y permitirán calcular por triangulación la posición del aparato.
Especialistas de la NASA consideran que esta nueva forma de propulsión cambiará la forma y costos de los viajes al espacio.