Si la depresión como problema de salud en México ya se tenía, en este momento, con el confinamiento, las cifras reportan un incremento o, lo que es lo mismo, de preocupación, basta consultar los reportes periodísticos que tienen como fuentes a médicos especialistas e instituciones de salud.
Desde el pasado mes de septiembre, la propia Organización Panamericana de la Salud advertía que la pandemia podía exacerbar los factores de riesgo de suicidio por la permanencia en casa y derivado de la condición y situación de vida.
En este sentido, la intención no es plantear un panorama sombrío sino más bien tener presente que son 15 de cada 100 mexicanos, los que padecen depresión, según estadísticas de la UNAM, y saberse sin salida, los puede orillar a dejar de existir.
Es por ello que se hace sumamente importante que aprendamos a detectar señales de riesgo de suicidio como son el aislamiento, cambios de comportamiento, hablar de querer morirse; de sentimientos de vergüenza, desesperanza o culpas u que se es una carga para otros. Los que presentan depresión manifiestan desesperanza, desilusión, desconsuelo. Atendámoslos.
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