Y continuó el fin de semana el tema de la supuesta agresión en Twitter de un investigador a la esposa del presidente de la república. Y digo la supuesta remarcando lo de que el nombre del autor del mensaje no coincidía con alguno de los investigadores vinculados al Conacyt y acusados de delincuencia organizada.
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En segundo lugar, es de tomar en cuenta que tampoco se puede asegurar a alguien más como emisario del mensaje porque el nombre se puede alterar en la red social al igual que el contenido. Y, por lo mismo, no había que ofenderse de algo que un cualquiera publicó. En todo caso lo que lo que debió enfatizarse es nivel de crítica y si se quería, del grado de descomposición social en redes.
Por otro lado, se tiene que aceptar que las críticas a los mandatarios y sus esposas siempre han existido; solo que hoy en día se hacen de forma pública y tienen largo alcance debido a las redes sociales.
En fin, de este caso tenemos para aprender que no hay que dejar llevarse por lo que se difunde en internet y redes sociales en cuentas formales y menos tomarlo personal; así como que hay que darle importancia a lo que verdaderamente lo requiere.
