Ya llevamos, con hoy, nueve días de la llamada cuesta de enero o conjunto de subidas de precios, tarifas y tasas que afectan la capacidad de compra de los consumidores.
Este periodo tiene su antecedente en las fiestas decembrinas donde gastamos de más. La situación en general no es más que el resultado de una mala administración del dinero incluyendo el aguinaldo.
Corresponde por tanto, hacer que el dinero disponible alcance y si hay deudas, acudir a los bancos o prestamistas a analizar la manera de alargar plazos y postergar pagos.
Los mexicanos somos muy dados a festejar y comprar sin pensar en lo que implica; somos mal administradores. Debemos aprender a planear en función de los ingresos y necesidades; a invertir y ahorrar o, de lo contrario, seguiremos pasando enero como el mes de las lamentaciones. La clave está en planear antes de gastar.
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