A seis meses de la entrada de la actual administración del municipio de Toluca, el décimo regidor, Mario Alberto Hernández Cardoso cuestionó que aún no de inicio la ejecución de la obra pública y que tras el despido de alrededor de 130 servidores públicos de diversas áreas, a la fecha no se ha hecho el pago de finiquitos.

También resaltó que la inseguridad aún es un aspecto latente y vigente
El regidor de Morena detalló que el presupuesto para la obra pública municipal de este año, el cual ya fue aprobado y etiquetado, se destinará al mantenimiento y rehabilitación de las principales vialidades de algunas delegaciones del municipio como en Santa Ana Tlapaltitlán, San Mateo Oxtotitlán, entre otras, sin embargo, lamentó el que aún no se ponga en operación.
Asimismo, dijo que parte de ese presupuesto habrá de ser empleado para la puesta en marcha de comedores comunitarios, pero consideró que hay necesidades más urgentes por atender y agregó que también está contemplado el mantenimiento del alumbrado público del municipio.
El edil puntualizó que otro aspecto pendiente es el pago de finiquitos y cuyo monto asciende a 10 millones de pesos y confío en que se esté dando cumplimiento.
Respecto del tema de seguridad pública dijo que se registra una respuesta tardía para dar atención a las solicitudes de auxilio de la ciudadanía, pero reconoció que esa área hace lo que puede con los recursos existentes, sin embargo la inseguridad es algo latente y vigente, mencionó.
El décimo regidor también habló sobre las labores de bacheo en el municipio y señaló que dichos trabajos han resultado insuficientes pues en muchas vialidades no bastan esas acciones pues ya es urgente el reencarpetamiento.
También mencionó que a la fecha se registran la falla de cinco de diez máquinas pues dijo que se pretendía que cinco de ellas estuvieran asignadas a la zona centro y cinco más para las diversas delegación del municipio.
Hernández Cardoso manifestó su molestia pues dijo que ésta semana de hizo la entrega de 500 paquetes de apoyo que contenían una carretilla, pala, azadón y pico y cuyo costo ascendió a 1.5 millones de pesos, pero consideró que la inversión no corresponde con el precio real, además, agregó, se maneja que se trató de una licitación pero señaló que la compra fue viciada y a escondidas.