Llegamos al segundo mes del año y se dice que, en conjunto con enero son un periodo en que ocurren fallecimientos de personas adultas mayores debido a las bajas temperaturas. Pero más que ponernos pesimistas sobre esta situación, revisemos qué se nos recomienda para ayudar a nuestros viejitos a que atraviesen los fríos sin tanto sufrimiento como que se entumen o les duelen partes del cuerpo.
En primer lugar hay que saber pues que el envejecimiento trae alteraciones en el metabolismo y el sistema de termorregulación lo que equivale a que el cuerpo pierde más calor del que produce y esto trae consigo presencia de enfermedades. De esta manera, hay que poner atención en lo que se come ya que la alimentación es la principal fuente de energía y de calor de nuestro organismo —los ancianos tienen que consumir vitamina C y proteínas—, también se debe mantener las puertas cerradas donde el adulto mayor pasa más tiempo para concentrar el calor —aunque sí hay que ventilar unos minutos—; otra cosa es que se use calcetines gruesos y ropa interior larga y prestar atención a zonas como la cabeza, las orejas, el cuello y guantes y, si se va a la calle, portar un abrigo o chaqueta.
Por otro lado, se sugiere hacer ejercicio como caminatas a la hora que hay más sol y darse precisamente baños de sol; igualmente hay que usar una crema humectante porque el frío crea sequedad y hace que aparezcan grietas y escamas en la piel. Algo muy importante es estar al pendiente de los grandes haciéndoles visitas.
Se supone que la temperatura adecuada para el cuerpo humano oscila entre los 36 y los 37 grados aunque en la tercera edad ronda entre los 33 y 35 grados . En los cuidadores, conocidos y familiares está que les hagamos más llevadero el frío a nuestros mayores.