La riqueza en México tras la fusión cultural de los pueblos originarios y la tradición europea ha dejado un sincretismo que se ve reflejado en gran medida en el aspecto religioso.
Caso particular se puede ver en la celebración del año nuevo marcado por el calendario que nos rige actualmente, el calendario gregoriano, el cual, establece el 31 de diciembre como cierre y primero de enero como inicio.
Y si bien, los calendarios mesoamericanos, a diferencia de otras fechas, no establecen en claro una celebración que coincida con la tradición de año nuevo europea, durante la evangelización colonial realizada por los franciscanos en lo que hoy es el estado de México, se hacían representaciones dramáticas y bailes de época navideña, parte de esta representaciones se convirtieron en pastorelas y el baile en la Danza de las Pastoras que conservó su intención religiosa aunque no ligada estrictamente con la Navidad.
Sin embargo, es posible que subsistan en ella elementos sincréticos, producto de la fusión con antiguas tradiciones prehispánicas ya que “la danzas” se ofrecía a la Madre Tierra y a los cuatro elementos, pero con la conquista se fue ejecutando para los santos y en las festividades de ellos, quedando como Patrón de la Danza de Pastoras el Señor de Chalma, y en la cual es ejecutada por mujeres otomíes y mazahuas.
Esta danza se puede observar en diferentes fiestas de año nuevo celebradas en diferentes comunidades de la entidad, y con gran tradición como Aculco, Chalma y Xalatlaco.
Pero también, acorde a las celebraciones de año nuevo y a raíz de la evangelización se establecieron fiestas patronales el primero de enero, como es el caso de la Fiesta del Señor de la Salud en Otzolotepec, donde alguna vez fue tradición realizar esta danza.