La tradición generalmente aceptada dice que hay tamales que caracterizan a la gasronomía de cada una de las 32 entidades de la república mexicana. El arriba firmante duda que esto sea posible. Aunque sabe que tratándose de la cocina mexicana todo es posible, incluyendo esa barbaridad culinaria llamara torta de tamal, sobre la que se podría tener un debate interminable, pero no tiene la menor intención de hacerlo.
No entrará el arriba firmante en detalles sobre la historia del tamal o sus más desatacados representantes. Tampoco sobre sus predilectos. Nada sobre la ancestral costumbre de consumir tamales y menos aún sobre el origen de la tradición que se conmemora en este Día de la Candelaria. Dejaré para otra ocasión ese despropósito de que vendan en los expendios especializados “hojas de tamal”.
Al ser día de tamales, sí quisiera señalar que “por las hojas se conoce el tamal que es de manteca”.
El anterior y muy rústico refrán tiene que ver con el informe del presidente del Poder Judicial estatal, Ricardo Sodi Cuéllar, que tuve a bien atestiguar la semana pasada, en el que se hizo visible el avance que ha registrado el Tribunal Superior de Justicia estatal en la resolución de asuntos, pues se dictaron 3.8 millones de resoluciones, entre acuerdos, autos y sentencias de primera y segunda instancia.
Ademas, porque la opción de conciliar asuntos antes de llegar a un juicio se adopta cada vez más como herramienta para solucionar discrepancias. Y porque los instrumentos electrónicos y digitales han llegado para quedarse en la administración de la justicia, con juzgados que operan 24 horas al día y siete días de la semana, amén de otras acciones para encaminarse a la meta de hacer justicia pronta y expedita.
Y al seguir con tamales, los diputados de esta entidad federativa “nos hicieron de chivo los tamales”. Sí, es verdad que aprobaron el presupuesto para el año 2022, mas lo hicieron de nueva cuenta en la rayita, sin discusiones públicas y abiertas, sin reuniones de comisiones donde la sociedad pudiera conocer qué estaba en la mesa y cuáles los argumentos a favor y en contra de la propuesta entregada desde noviembre del año pasado por el Poder Ejecutivo estatal.
La discusión se limitó calificar o descalificar la petición de contratar deuda por 9 mil 500 millones de pesos —que al final quedaron en 5 mil—. Unos que sí y otros que no. Sólo posiciones polarizadas de tipo ideológico que no llegaron a una discusión de fondo sobre los riesgos o los frutos de la deuda. Porque hubiera sido muy educativo presenciar un debate con elementos de fondo, argumentos sólidos y técnicos, que convencieran o por lo menos agitaran posturas simplistas. Y que nos hiciera pensar que efectivamente la Cámara de Diputados es la arena política por excelencia.
