El día después de la elección llegó.
Y nada ha cambiado. Independientemente del resultado y de tu visión y emociones personales sobre la victoria aplastante de Morena en todo el país, con una elección presidencial de la que sabemos que tendremos en Claudia Sheinbaum a la primera presidenta del país, en la vida cotidiana del mexicano promedio no ocurre nada.
El trabajo sigue ahí, las actividades domésticas también, la escuela con sus aprendizajes y la vida misma sigue su curso.
Se puede sentir alegría, miedo, despecho, enojo o felicidad por el resultado. Se puede tener esperanza o desilusión. Pero estas emociones sólo tienen impacto en la vida diaria de quien las experimenta. No son colectivas y, aunque lo fueran, se requieren acciones para sacarles provecho.
Claudia Sheinbaum será presidenta de México. Ricardo Moreno será alcalde de Toluca, Fernando Flores de Metepec y Azucena Cisneros de Ecatepec. A ellos y otros les tocará administrar el gobierno. Ojalá que lo hagan con tino, madurez, profesionalismo, entereza, seriedad y sensatez. Que miren por el interés general y lo hagan con visión de estadistas. Que pasen de las palabras a los hechos. Y que los hechos sean para el bien de todos, sin excepción.