Al arriba firmante le parece una tautología mencionar en los medios de comunicación a las libertades de prensa y de expresión. Aquí se ejercen día con día. Y damos por hecho que son fundamentales en cualquier sociedad democrática porque permiten el flujo libre de información, la participación pública y la crítica a los gobiernos y otras instituciones.
El asunto es que por quién sabe qué razones, en el proceso de elección de la Rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México, el Consejo Universitario decidió poner ciertos límites en esta materia a quienes aspiren y se registren en búsqueda del cargo de rector o rectora de la UAEM. Hasta ahora, por cierto, un grupo de una docena de personajes ha expresado y dado pasos para inscribirse —como la petición de las constancias previstas en la convocatoria—.
Y sí, como lo señalé aquí la semana pasada, el Consejo Universitario plantea una especie de control a las comunicaciones públicas de los y las aspirantes. En teoría, para que tengan espacios semejantes. En la práctica, una posibilidad de vigilancia y supervisión. Incluso de discriminación, porque la convocatoria señala que será la administración central la que gestione y asigne las posibles entrevistas. Hace bien el Consejo Universitario en proscribir la contratación de espacios publicitarios de cualquier naturaleza, porque eso le concedería ventaja a quien tenga recursos económicos disponibles, pero condiciona posibilidades de contraste como el debate público… por cierto, restringido al propio Consejo en caso de que haya más de un candidato o candidata.
Y aunque nadie discute que este es un proceso que interesa especialmente a los universitarios, no podemos omitir que se trata de una universidad pública, que recibe recursos de todos los contribuyentes, universitarios o no.
La libertad de prensa permite que los ciudadanos accedan a información veraz, amplia y plural, lo que les ayuda a tomar decisiones informadas sobre su vida personal, política y social. Sin información, es difícil ejercer otros derechos o participar de manera efectiva en la sociedad. Sin información, sin contraste, es difícil comparar proyectos.
La libertad de expresión y prensa son piedras angulares de cualquier sistema democrático, así sea una democracia indirecta. Sin ellas, las democracias tienden a volverse autoritarias, ya que los ciudadanos no tendrían el poder para desafiar las decisiones del gobierno ni conocer la verdad detrás de los actos de poder. Son pilares que sustentan una sociedad abierta, plural y democrática. Lo contrario sería una tentación de autoritarismo (o revancha).
Como sea que fuere, mañana 6 de marzo sabremos si hay uno, dos o más aspirantes a la Rectoría de la UAEM. Y de ahí pa’l real.