En México se estima que entre 20 y 60 por ciento de los adultos mayores de 60 años viven simultáneamente con dos o más enfermedades crónicas, esto cuando el país alcanza un censo de 500 geriatras para atender a una población actual de 12 millones de adultos mayores.
De acuerdo con el investigador del Instituto Nacional de Geriatría, Raúl Hernán Medina Campos, la multimorbilidad, vivir con más de una enfermedad crónica, crece en el panorama de este sector de la población pues a medida que la población envejece lo que se observa es una mayor prevalencia a vivir bajos los efectos simultáneos de las enfermedades crónicas.
Con ello los casos de personas con diabetes e hipertensión, enfermedad degenerativa y demencia cardiovascular son constantes; tema en el que advierte el escenario no es halagador para los próximos años por el envejecimiento de una población mayoritariamente joven.
Esto deriva de una deficiente política de salud que no responde los retos del envejecimiento, ya que el día de hoy se requieren al menos 10 veces más de los geriatras con los que se cuenta y muchas de las escuelas de medicina ni siquiera tienen la materia de geriatría.
«Debemos reconocer que los esfuerzos del sistema de salud son insuficientes para responder a las necesidades de las personas mayores».
A nivel nacional, dice, en el país egresa un promedio de 50 geriatras al año cuándo lo óptimo sería al menos cinco mil, convirtiendo a la Geriatría en una de las especialidades que menos recursos humanos tiene y de las que más se necesita.
Detalla que la salud en la vejez está determinada por una gran cantidad de factores a largo de la vida los cuales suceden y afectan la salud en la vejez, ante los cuales urge implementar nuevos modelos de atención con equipos multidiciplinarios en los cuidados con médicos, enfermeras, trabajadores sociales, gerontológos, rehabilitadores físicos y nutriólogos.