Como lo mandan los cánones, el arriba firmante se apersonó en palacio de gobierno este lunes, para atestiguar el quinto informe del gobernador del estado de México, Alfredo del Mazo Maza.
Y para experimentar ese ambiente político tan no se qué que qué se yo, que caracteriza al estado de México —del que hablábamos en esta media plana la semana pasada— y que atrae la atención de políticos de otras entidades, de todos los partidos y tambien de la clase empresarial. Ese ambiente en el que los protagonistas disfrutan el apapacho, la palmadita —cicatera, algunas veces, hay que decirlo—, el chiste jocoso, la carcajada estentórea, el comedimiento festivo, la caravana, el comentario al oído y hasta el desfile de vanidades.
Esos protocolos tan propios de los políticos mexiquenses.
Del contenido vertebral del informe ya se ha dado cuenta en esta páginas de El Sol de Toluca, dirigidas por Moisés Ramírez, así que no agregaré nada. Solamente la interpretación personal a los últimos seis o siete minutos del discurso. Esa parte que se ha dado en llamar en el mensaje político.
El gobernador Alfredo Del Mazo —AKA, el gober— dijo que llegará el momento de elegir lo que queremos para nuestro estado de México. Momento de reflexión acerca del futuro.
Y aunque en los minutos previos no había escatimado elogios y agradecimientos para el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador —porque las reglas no escritas de la buena política así lo indican—, Del Mazo advirtió que el punto de partida de los comicios del año entrante debe ser el respeto a las diferencias. Lo que según el arriba firmante significa que la competencia política y la pertenencia a un partido, son independientes del ejercicio del gobierno; es decir: “vámonos respetando”.
En un mensaje claramente dirigido a los políticos mexiquenses, les pidió cuidar la estabilidad del estado. En el entendido de que la llamada “clase política” tiene el objetivo común de administrar el poder, el servicio público, y como decía la semana pasada, especialmente de defender sus posiciones de los forasteros. El gobernador adelantó que el resultado debe ser la unidad de los mexiquenses. La identidad, supera las diferencias, dijo.
También pidió consolidar la democracia. Que no necesariamente significa alternancia, sino el ejercicio de los derechos de los ciudadanos de elegir libremente a sus autoridades y la participación libre de los partidos políticos en la lucha por el poder. La ruta fijada por el gober pasa por el diálogo, la tolerancia, inclusión, apertura, respeto y responsabilidad.
Además, en sentido contrario al camino de la cuatro te de cuestionar a las instituciones encargadas de la democracia, pidió su fortalecimiento. Y pensar en el progreso del estado de México.
El arriba firmante escuchó del discurso del gobernador Del Mazo palabras como perseverancia, esfuerzo, solidaridad, resilencia, tenacidad y valentía. Si tales expresiones son una declaración de principios —y parece que así es—, el año próximo el proceso electoral será un agarrón de muy padre y señor mío. Que Dios nos agarre confesados.