Para conocer el nivel de desvergüenza de quienes operan el transporte público de Toluca no hay más que asomarse a la calle José María Morelos, del centro de la ciudad, y ver cómo se hacen presentes decenas de agentes de Tránsito, desde tempranas horas del día, en busca de mantener el orden vial.
Los choferes, amparados por los concesionarios están acostumbrados a invadir los espacios de los automovilistas y pararse donde se les antoje así como pasarse los semáforos en rojo o esperarse el cambio de luz de dos semáforos en verde y avanzar.
Los transportistas son incapaces, de mutuo propio, de hacer uso del carril exclusivo para circulación de sus unidades y por tanto, acaparan la atención de la autoridad que bien puede necesitar en otros puntos de la ciudad.
Asimismo, poco les importa la seguridad y el tiempo de los usuarios y del resto de los conductores. Su falta de respeto es tal a la disposición oficial, a la lógica y alsentido común da así como que, cada vez más, parece que pretendieran pasar de la desvergüenza a la provocación.
Escucha el comentario de Patricia Maldonado:
