¿Los homosexuales nacen o se hacen? Esa es una pregunta antigua sin respuesta certera. Mientras por un lado se atribuye a factores biológicos antes de nacer, por el otro lado se tiene que las personas no eligen por quien se sienten atraídas. De ahí ocurre la versión de que la orientación sexual tiene lugar de forma temprana o que las atracciones pueden cambiar a lo largo de la vida. El asunto aquí es que persiste un rechazo hacia la homosexualidad por uno o más factores como son creencias culturales, religiosas o sociales arraigadas, falta de educación, miedo a lo desconocido, y prejuicios.
Esto afecta a su vez el bienestar emocional, mental y físico de los homosexuales que no deberían enfrentar una diferenciación con los heterosexuales. Se trata pues de romper con la discriminación y desigualdad y en ello podemos partir de que todas las personas merecen ser tratadas con dignidad y respeto, y que esto nos conducirá a sociedades más inclusivas y equitativas.
Más a fondo, se puede trabajar en la educación y la empatía hacia todas las personas, independientemente de su orientación sexual. También debemos abrirnos a escuchar las experiencias de las personas homosexuales sin juzgarlas ni invalidarlas. Hoy que es Día de internacional contra la LGBTIfobia puede ser un buen comienzo.