¿Te consideras una persona racista? Esto es, ¿crees que existe un grupo étnico superior a los demás?, ¿tratas de manera diferente o discriminas a personas por su etnia u origen?, ¿haces comentarios, bromas o chistes ofensivos sobre esto y evitas relacionarte o tener amistades con personas de ciertos grupos?
Eso de ser racista no se trae de nacimiento. Es una construcción social que se ha ido transmitiendo a través de la historia desde ámbitos como la religión, la filosofía, la educación y los medios de comunicación. Almacenamos ideas erróneas sobre ciertas personas y somos capaces de hacerles gestos o acciones sutiles que transmiten mensajes despectivos o negativos y rechazamos sus valores y tradiciones.
Hoy es el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente y pues todo empieza con la existencia de una carga negativa sobre la estética y rasgos físicos que son vistos como «feos», «imperfectos» o «defectuosos» en ellas, en comparación a los estándares de belleza dominantes, y se les atribuyen estereotipos sobre su inteligencia, nivel educativo, habilidades y estatus socioeconómico; incluso se les acosa. Alrededor de esto, debemos reflexionar sobre nuestros pensamientos, creencias y actitudes; informarnos acerca de la historia del racismo, sus orígenes, manifestaciones y efectos dañinos en la sociedad y contrarrestar los mitos y estereotipos que hayamos interiorizado. El racismo carece de todo fundamento científico y viola principios básicos de igualdad y bienestar.