El Alzheimer es una de las principales causas de discapacidad neurodegenerativa en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 60 millones de personas mayores de 65 años viven actualmente con esta enfermedad, y se proyecta que para el año 2050 esta cifra se triplicará.

El impacto del Alzheimer no se limita al deterioro cognitivo. Esta enfermedad genera una discapacidad progresiva, acompañada de alteraciones físicas, mentales y emocionales irreversibles, que afectan tanto la calidad de vida como la autonomía de los pacientes.
Barreras Sociales y Derechos Humanos
La Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad destaca que las barreras que enfrentan las personas con discapacidad no radican únicamente en sus limitaciones individuales, sino también en las deficiencias de la sociedad para garantizar servicios adecuados y generar un entorno inclusivo.
El tres de diciembre, Día Internacional de las Personas con Discapacidad, busca sensibilizar sobre la necesidad de promover los derechos y el bienestar de este grupo poblacional. Este día subraya la importancia de crear una sociedad más inclusiva, donde la calidad de vida sea una prioridad para todos, independientemente de sus condiciones físicas o cognitivas.
Una Sociedad Equitativa
La atención integral al Alzheimer y otras enfermedades discapacitantes exige un compromiso colectivo para garantizar que las personas afectadas reciban los cuidados necesarios. Este compromiso incluye la promoción de políticas públicas que favorezcan el acceso a tratamientos, el fortalecimiento de redes de apoyo y la eliminación del estigma asociado a las enfermedades neurodegenerativas.
Al reflexionar sobre esta problemática, es posible avanzar hacia una sociedad más equitativa, donde cada persona, independientemente de sus capacidades, pueda vivir con dignidad y participar plenamente en su comunidad.