Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en 2014 la cifra de mexicanos con alguna discapacidad fue de 7.2 millones, de los cuales 4.61 (64.1 por ciento) enfrenta dificultades para caminar o moverse usando sus piernas. A fin de brindar una mejor calidad de vida a los connacionales que enfrentan esta problemática, estudiantes del Instituto Tecnológico de Celaya innovaron una silla de ruedas que facilita su desplazamiento y puede ser dirigida por señales eléctricas cerebrales.
Para ello, los jóvenes estudiantes desarrollaron un algoritmo que interpreta las señales eléctricas cerebrales que recibe mediante una diadema con sensores colocada en la cabeza de quien va a usar la silla. Un microcontrolador interpreta los signos electro-encefalográficos y toma decisiones a partir de ellas para activar los motores que permiten el movimiento de la silla de ruedas.
El proyecto denominado “Interfaz cerebro-computador para silla de ruedas”, ganaron el concurso ViveconCiencia, organizado por 23 instituciones y coordinado por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico. Los estudiantes del Instituto del Tecnológico de Celaya Eber Garduño López, Mariel Saraí García Hernández y Oscar Cantera Cantera triunfaron en el reto “Salud Pública”.
Cabe destacar que las señales cerebrales que se emplean son las que provienen de estados de meditación y concentración.
Al respecto, Eber Gabriel Garduño López, estudiante de mecatrónica, explica: “Una vez que el paciente se relaja hasta cierto grado, la silla de ruedas va hacia adelante, cuando se vuelve a relajar un tiempo establecido va hacia la derecha, una vez que el paciente se posiciona hacia la dirección que quiere avanzar requiere estar concentrado un tiempo para poder generar un movimiento continuo de la silla de ruedas. Para que la diadema pueda leer dichos estados mentales es importante ejercitarlos constantemente, no es que cualquier persona se ponga la diadema y va a funcionar a la primera, porque esto es como un músculo, si se ejercita de manera adecuada llegará a los mejores niveles”.
De acuerdo a los jóvenes científicos, el desafío es hacerlo lo más económico posible, ya que las sillas eléctricas controladas por (palanca de mando) cuestan alrededor de 35 mil pesos y las sillas que se pueden controlar por aún no han salido al mercado.
“Al inicio del proyecto de investigación –que lleva más de un año–, se había pensado en usar una diadema de electrodos cuyo costo ronda los 16 mil pesos, al darnos cuenta que el precio seguía siendo muy elevado, con las mejoras que realizamos la nueva diadema tendría un valor de 2 mil 500 pesos, lo cual representa una mejora significativa, pues se reducirían hasta menos de la mitad el costo de la silla de ruedas y más personas tendrían los recursos suficientes para adquirirla”, dijo Óscar Cantera Cantera, uno de los jóvenes participantes en el proyecto.
El invento será presentado como proyecto de titulación y los 50 mil pesos que recibieron como premio los invertirán para mejorar su innovación social.