Cuando dormimos se libera la hormona del crecimiento se eliminan sustancias tóxicas del cerebro, se fortalece el sistema inmunológico, se hace la consolidación del aprendizaje y memoria, y se restaura el organismo.
En el marco de la conmemoración del Día Mundial del Sueño, médicos de la Clínica de Trastornos de Sueño de la Universidad Autónoma Metropolitana, señalan que entre los problemas más comunes que presentan los adultos en México están el insomnio, el ronquido y la apnea del sueño.
Los pacientes con apnea obstructiva presentan mayor riesgo de desarrollar hipertensión, infarto al miocardio, enfermedad coronaria, arritmia y accidente cerebrovascular, así como deterioro cognitivo.
Los médicos aseguran que el sueño profundo es uno de los tres pilares de la buena salud, junto con una dieta equilibrada y el ejercicio.
Dormir se comprende de 4 o 5 ciclos que incluye períodos de sueño profundo y movimientos oculares rápidos o sueño desincronizado. En los adultos se considera que son suficientes entre 7 y 8 horas de sueño, en adolescentes 9 horas por noche, mientras que en los niños pequeños lo ideal es que duerman 10 horas por la noche y en los bebés es normal que duerman unas 16 horas diarias.
