Edomex cuenta con 833 maíces nativos, y preferencias y hábitos de consumo de tortilla

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El Instituto de Investigación y Capacitación Agropecuaria, Acuícola y Forestal (Icamex) presentó datos significativos sobre la preservación del maíz nativo y los hábitos de consumo de tortilla en el estado de México.

(Foto: Manuel Luna).

Al respecto, Everardo Lovera, director de Icamex, destacó los avances en la implementación de la Ley de Fomento y Protección del Maíz Nativo, y los resultados de una encuesta aplicada a consumidores, al identificar 833 maíces nativos en Edomex, y revelar  que el 70% de consumidores prefiere tortilla a mano, la mayoría rechaza maíz transgénico y un alto porcentaje está dispuesto a pagar más por tortillas de alta calidad.

El director subrayó la importancia de poner en acción la Ley y la necesidad de perfeccionarla y actualizarla ante la «guerra» actual que busca imponer modelos de producción y alimentación ajenos a los locales, por lo que enfatizó que la agricultura agroecológica es fundamental y que existe una obligación moral para defender el maíz nativo.

En la encuesta señaló que se consultó a mil 294 personas vía virtual en 90 municipios y a 106 personas físicas y virtuales en 87 municipios; reveló que el 56% de los participantes fueron mujeres y el 44% hombres, con la mayor participación concentrada en el rango de edad de 35 a 60 años, principalmente empleados; las familias encuestadas tendían a ser pequeñas, con la mayoría compuesta por entre 2 y 4 integrantes.

En cuanto a los hábitos de consumo, la tortilla es un alimento básico, ya que más del 80% de los encuestados la consume todos los días. El 50% come entre 2 y 4 tortillas al día. La preferencia por las tortillas se basa principalmente en el sabor, seguido de la textura. La mitad de los consumidores adquiere sus tortillas en tortillerías, mientras que un significativo 26.7% las compra a «comaleras» (vendedoras ambulantes). Un 70% prefiere las tortillas elaboradas a mano, y un abrumador 96% considera que estas tortillas tienen tradición e identidad. Además, el 85% cree que son más nutritivas. Sin embargo, la disponibilidad y el precio son los principales factores que limitan la compra de tortillas hechas a mano.

Por otra parte, una gran mayoría de los encuestados considera «muy importante» conocer el origen y tipo de maíz de sus tortillas, lo que subraya la necesidad de trazabilidad. Además, la encuesta mostró que la mayoría de los encuestados no está dispuesta a consumir tortillas de maíz transgénico. En cuanto a la disposición a pagar por tortillas de maíz nativo, cerca del 50% estaría dispuesto a pagar entre 20 y 25 pesos por kilogramo, mientras que un 30% pagaría hasta 30 pesos, y un porcentaje menor incluso más de 35 pesos.

La encuesta también arrojó datos específicos sobre los productores y «comaleras»; de los 300 campesinos encuestados, el 64% posee entre 1 y 5 hectáreas, y el 79% utiliza semilla propia (maíz nativo), frente a un 21% que usa híbridos. En cuanto a la fertilización, el 38% usa orgánicos, el 40% químicos y el 21% una combinación. El 25% aún utiliza tracción animal para la siembra, el 60% es mecanizada y el 15% manual, a menudo debido a las pendientes. La mayoría tiene siembras de temporal, con solo el 22% contando con riego. La tradición es fuerte, ya que la mayoría de las familias siembran maíz desde hace más de 60 años. Al vender, el 60% de los productores obtienen entre 6 y 9 pesos por kilogramo de maíz, y un notable 80% de los pequeños productores no recibe apoyo de programas de gobierno.

En el caso de las «comaleras», más del 50% cultiva su propio maíz. Aquellas que lo compran, pagan 12 pesos o más por kilogramo de maíz blanco (48%) y 13 pesos o más por kilogramo de maíz azul (60%). La mayoría de los establecimientos de tortillas hechas a mano emplean a tres personas. Finalmente, el 46% de las «comaleras» vende el kilogramo de tortillas entre 25 y 30 pesos.

Finalmente, la encuesta reveló un alto interés de la población en recibir más información sobre maíz nativo (72%) y temas relacionados con el campo (casi 70%), por lo que el director enfatizó que estos datos respaldan la necesidad de fortalecer la soberanía y salud alimentaria de la población mediante la construcción de leyes y acciones que involucren a ciudadanos y consumidores.

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