La Secretaría de Seguridad del Estado de México advirtió de sanciones a los ayuntamientos, empresarios, productores y representantes de próximas ferias regionales del estado de México en caso de que se canten narcocorridos pues se considera que hacen apología de la violencia.
Sobre este tema hay posiciones en contra y a favor y los primeros argumentan que los corridos no solo narran historias relacionadas con el narcotráfico, sino que también enaltecen las hazañas de figuras del crimen organizado, presentándolas como modelos de éxito. En contraparte, se piensa que estas canciones son una crónica de la realidad social y una expresión cultural emocionante. Pero en ello, lo que ocupa es la percepción de los jóvenes, de que justifiquen y glorifiquen acciones ilegales y acepten o toleren la violencia. Que vean el narcotráfico como una forma atractiva para obtener poder y dinero rápidamente; a los narcotraficantes a modo a de héroes e impacte incluso en su forma de vestir y hablar. Prohibirlo tiene un efecto contrario: rebelión o mayor interés.
Lo ideal es que se les debería ofrecer a los jóvenes alternativas culturales que promuevan valores positivos y contenido musical que refleje valores. Que apoyen proyectos musicales que promuevan mensajes de paz, respeto y equidad. Así, nos falta como sociedad un análisis crítico de las letras y el impacto de los narcocorridos pero mientras esto sucede, cada persona debería ser consciente del contenido que consume y considerar el contexto en que lo hace. La educación y el diálogo alrededor de los narcocorridos pueden ser los más efectivo.