Un tema del que poco se habla a nivel familiar es del abuso infantil y es que nos asusta la idea de que el abusador sea algún miembro de nuestra familia, un ser querido, el vecino o el cuidador, como ocurre según las estadísticas. El abuso infantil comienza cuando una persona obliga a tener contacto sexual a través de caricias, besos o tocamientos; a ver y escuchar pornografía; exhibir los genitales o manifestar cualquier comportamiento de tipo sexual.
Quienes llevan a cabo esta práctica recurren al poder, autoridad y fuerza, tanto como el engaño y la mentira; abusan de la confianza que se les tiene y utilizan premios, castigos o amenazas para generar miedo, aunque también suelen emplear la violencia física. Los abusadores se distinguen porque tratan de relacionarse con la familia, de caerles bien y ser sociables; cuidan a los pequeños, los llevan a pasear, establecen una amistad o ganan confianza.
El punto es que hay que estar al pendiente de estar personas y aparte explicarle a los menores la diferencia entre expresión de cariño y un tocamiento sexual. La orientación es básica para que sepan identificar las situaciones abusivas y hablar de ellas. Además, debemos de enseñarles que tienen el derecho a la privacidad de su cuerpo y decir NO si sienten incomodidad en una determinada situación.
Es fundamental pues fomentar la comunicación con los menores para que puedan hablar de cualquier tema contigo.