Investigadores de la Universidad de Pennsylvania, en Estados Unidos, demostraron a nivel molecular, cómo el estrés que sufre un ratón macho puede cambiar su esperma y afectar a posteriori a la reacción de su descendencia ante el estrés.
Este cambio se produce a través de una molécula que no es el código de ADN, sino las moléculas llamadas micro ARN, con capacidad para regular la expresión de otros genes mediante diversos procesos.
Los científicos revelan que , ya que los hechos vividos por uno de los progenitores también pueden afectar y tener un impacto sobre ellos.
el ADN no es la única manera en la que los padres pueden transmitir rasgos y cualidades a sus hijos
Tras inyectar las miARN de padres estresados en cigotos, los científicos hallaron que, efectivamente, estas moléculas atacaban el ARNm materno, reduciéndolo, en comparación con un grupo de control.
Como consecuencia, algunos genes de la descendencia se vieron afectados, especialmente aquellos involucrados en la remodelación de la cromatina, un material genético que juega un rol regulatorio fundamental en la expresión génica.
La conclusión es que cuando un macho tiene experiencias estresantes en su vida se puede desencadenar la liberación de moléculas de miARN contenidas en los exosomas de las células epiteliales que recubren el epidídimo, que es el tubo estrecho y alargado, situado en la parte superior del testículo, en el que se almacenan y maduran los espermatozoides.
Así, estos miARN se pueden incorporar a los espermatozoides e influir en el desarrollo temprano de la descendencia, afectando a su cerebro y reduciendo con ello la respuesta natural al estrés.