Uno de los públicos más importantes para el Festival de las Almas son las niñas y los niños, en quienes se siembra el valor de las tradiciones, el arte y la cultura a través de talleres y conciertos específicos para el gusto infantil.
En ese sentido, previo a los talleres, les comparten charlas sobre tradición, la elaboración de calaveritas literarias, la importancia del chocolate como alimento prehispánico, el papel picado y los elementos que conforman un altar dedicado a los muertos.
En el taller de calaveritas literarias, por ejemplo, escribieron en libros de origami, donde dedicaron sus versos a la escuela, amigos, al Festival y también al Pueblo Mágico de Valle de Bravo.
Además, realizaron un viaje por el tiempo que recordó a Esopo, el creador de la fábula, y se recitó “El león y el ratón”, donde aprendieron que no importa el tamaño de las personas sino las acciones que pueden lograr.
Más tarde se presentó Migajita Sound Band, una banda que dedica su talento a la infancia y, después de pisar grandes escenarios, llegan a Valle de Bravo para compartir su más reciente material discográfico, con temas en los que fusionan diferentes ritmos como el rock, reggae, ska, jazz, cumbia, balkan, salsa y son.
Así, tocaron «Duerme negrito», «Niño contento», «Las calaveras», «Las mamás tienen radar», «La cumbia del monstruo» y «Es domingo», por mencionar algunas que pusieron a bailar a la gente reunida en la Alameda Bicentenario “La Velaria”.
La agrupación venezolana Lagos, integrada por Luis Jiménez y Agustín Zubillaga, formada en 2018, se presentó en el Jardín Central y cautivó a las y los asistentes con sus más grandes éxitos como “Ojos marrones” y “Mónaco”, además de «Roma», «Clásico», «Julia» y algunas otras que contagiaron de emoción al público.
Hoy se llevarán a cabo el Desfile alusivo al Día de Muertos y el fin de semana les espera Valle de Bravo con los conciertos estelares de Cañaveral y Yuridia.