El pasado fin de semana los periodistas que cubren la Cámara de Diputados del estado de México y algunos colados —entre los que se cuenta el arriba firmante— jugamos un partido de futbol con algunos de los diputados mexiquenses.
El resultado fue de tres goles a favor de los reporteros y dos de los diputados. Es decir, el gremio periodístico se alzó con el triunfo.
Fue una convivencia interesante. En un plano distinto al acostumbrado entre la fuente y el periodista, entre el entrevistado y el entrevistador, porque en el “juego del hombre” —como dijo el fallecido cronista Ángel Fernández— se igualan las condiciones: no importa si se trata de un potentado o de un crack, de un político o de un genuino representante del pueblo; lo que importa son las cualidades físicas y las habilidades de los jugadores.
Fue, además, un acto político, porque lo mismo estuvieron Cruz Juvenal Roa, Raymundo Martínez y Miguel Sámano del PRI, que Anuar Azar del PAN —que fue secretario del ayuntamiento de mi pueblo—, Jesús Sánchez Isidoro del PRD; Carlos Sánchez del PT; Rubén Hernández Magaña de Encuentro Social; Francisco Vázquez Rodríguez y Mirian Sánchez Monsalvo de Morena, entre otros.
También tengo que decir que el diputado Azar y el diputado Sámano me dejaron sendos “recuerditos”. No me quejo, porque así es el futbol y no es la primera vez que me queda un rasponcito. Y es justo, porque sin el componente físico, ellos ya han tenido bastantes. Periodísticamente hablando.
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