A casi un año de que ocurriera el primer caso de coronavirus en México, el 27 de febrero de 2020, la incidencia de la enfermedad se mantiene en ascenso tanto de enfermos como de fallecimientos, lo que ha obligado la países a adoptar medidas más drásticas con México. Me refiero a Canadá y Cuba principalmente.
En estos últimos días ambas naciones decidieron reducir al mínimo los vuelos procedentes de México. En el caso de Canadá se ha pedido que los mexicanos que pisen aquel territorio permanezcan en cuarentena 15 días, pagando su propio hotel, y solo podrán regresar a México hasta el 30 de abril.
Por su parte, Cuba dio a conocer que, a partir del próximo sábado los vuelos mexicanos a ese país se reducirán a uno a la semana o a uno a la quincena.
Está claro que el coronavirus no ha perdido fuerza en el mundo pero más en México que según las cifras se ubica en el tercer sitio por peor manejo de la pandemia. No es disparatado que Canadá y Cuba, y más adelante otras naciones, se vean amenazadas y quieran proteger a su población de contagios provenientes de México donde las proyecciones no se cumplieron, las medidas no dieron resultados y el Plan Nacional de Vacunación no se ha cumplido por falta de vacunas.
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