El núcleo de la Tierra: enigma en el corazón de nuestro planeta

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El núcleo interno de la Tierra, situado a más de cinco mil kilómetros de profundidad es una esfera compuesta en su mayoría de hierro y níquel y con un radio de más de 1000 kilómetros de diámetro.

A través de miles de millones de años, la tierra ha sufrido distintos cambios (Foto: Especial).

Su temperatura, de casi 5.500 grados, es tan alta como la de nuestra estrella. Tal como han detallado cada una de las investigaciones realizadas desde 1936 —fecha en la que fue descubierto por la pionera de la sismología, la danesa Inge Lehmann—, el núcleo está separado del resto del planeta por una capa externa de metal líquido —conocido como núcleo externo—.

Desde que tenemos conocimiento de causa, la hipótesis actual detalla que el núcleo interno siempre ha estado sólido como consecuencia de la presión, que es 3,5 millones más fuerte en comparación con la que hay en la superficie. Sin embargo, no siempre fue así. Según las últimas revelaciones de un nuevo estudio, hace millones de años el núcleo se congeló, encontrándose hasta en ese momento en un estado líquido.

Un estudio reciente simuló las interacciones entre átomos de hierro y carbono. De esta forma, analizaron cómo la presencia de varios elementos podría haber afectado a la solidificación del núcleo.

Este nuevo hallazgo, que podría explicar los motivos por los que el núcleo de nuestro planeta acabó solidificándose, también podría esclarecer la historia de nuestro planeta, cuyo origen y evolución sigue dejando más misterios que verdades.

La Tierra, tal y como lo conocemos, nunca se ha mantenido en el estado que tiene en la actualidad. Sin ir más lejos, incluso llegó a estar congelada. Hace 466 millones de años la Tierra sufrió las consecuencias de la denominada Glaciación del Ordocívico, que supuso la extinción masiva más antigua en la historia del planeta cuando desaparecieron casi el 90 por ciento de todas las especies marinas existentes.

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