No sé ustedes pero a mí el nuevo etiquetado en los productos que venden en las tiendas de la esquina me produjo sentimiento de culpabilidad aunque no me duró. La primera impresión es que me llevaría a la boca, y por ende al cuerpo, una carga de azúcar y grasa saturada que dañaría mis arterias y ocasionaría aumento de peso. Pero luego me acordé de sabor y así que lo compré y me lo comí, y me supo delicioso.
La respuesta de la propietaria de la tienda a si las nuevas advertencias le han bajado las ventas fue que, al igual que yo, la gente se asusta pero las prefiere. Acto seguido, ¿porqué nos decantamos por los alimentos chatarra? Según los estudiosos del tema debido a que inducen la producción de dopamina, que nos genera bienestar y saciedad; a los anuncios comerciales en los medios de comunicación y a un asunto cultural en que ciertos alimentos nos resultan más fáciles de consumir.
Así por tanto, la idea de ingerir los productos chatarra es asunto de cada cual y es también de control mental. Dejar de comer emocionalmente.
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